SANTIAGO CASTILLO. El viaje y el mundo de un músico.
Es indudable que las pasiones y emociones que nos puede generar aquello que amamos y nos hace sentir bien, de una forma u otra nos perseguirán toda la vida.
Entrevista
Rumbo hacia la música
Hoy lo recuerdo con cariño, pero siendo todavía un niño, sorprende encontrarte con algo que no puedes controlar, que te llama y te envuelve por la fascinación del sonido, los discos, instrumentos y el espectáculo como experiencia. Además del mensaje de artistas que me influenciaron, faros que de algún modo me marcaron el rumbo.
Los comienzos se dan en Uruguay, el país en el que nací, tomé clases desde niño, después continué mi desarrollo musical investigando como autodidacta, pero no solamente teoría musical y sus actividades, también en la tecnología aplicada a la música. Formando grupos musicales desde la adolescencia. Principalmente, porque la interacción con otros músicos y lo que te puedan transmitir también es una gran escuela. Escuchar y probar, en mi opinión, uno debe conocer para elegir entre todas las posibilidades sonoras para encontrar tu propia voz y formar con el tiempo el sonido que te represente, de algún modo, creo que es una de las base para forjar tu propio estilo.
Pisando los escenarios
Mi historia musical en el sentido público, comienza a fines de los años 80 en Uruguay. Me presentaba tanto como solista, como parte de grupos, de los cuales ''Volcó La Onda'' fue el más importante, con el cual edité varios discos. Luego, en 2004 hay un punto de inflexión muy importante en mi vida, reflejado en la música, que es venirme a vivir a Barcelona. A partir de ese momento continúa mi historia solista con tres discos editados aquí, más la participación en grupos como ''La Banda Manzana'' y la tarea de productor trabajando para otros artistas, actividades que particularmente me enriquecen mucho.
Un fondo polivalente
Toco el piano, sintetizador, guitarra, y canto. Siempre he estado abierto a la tecnología, samplers y efectos, son instrumentos que utilizo mucho también, no pretendo ser un virtuoso en ningún instrumento, simplemente trato de que me sirvan para acompañarme y contar la historia que quiero transmitir. Disfruto de todo lo que genera sonidos, en mi opinión, es para el músico la paleta de colores con la cuál expresar las emociones.
El brillo de la música
Después de muchos años formando parte de la música, me emociona mucho ver y sentir, que a pesar de la distancia puedo acompañar a la gente con las canciones. Saber que un disco mío suena en la vida de mucha gente es algo mágico, cuando te recuerdan con una canción.
Reflexión sobre el entorno
Creo que la actualidad de la música, es una gran paradoja. Tecnología, conocimiento, avances, pero en muchos aspectos, las mismas estructuras de mercado que siguen imponiendo sus reglas. Al músico solamente le queda abrazarse a sus canciones, dejar de lado todo el montaje fraudulento que sufre la música, y confiar en esa emoción que sientes al crear y disfrutar del milagro de compartir esas sensaciones con los demás. Siempre son hermosos esos encuentros con la gente reconociéndose en una música.
Paradas llenas de ilusión
Mis proyectos son una mezcla personal de elementos, con motivación genuinamente artística. Pero lo que destacaría, es que son lo que me hace feliz, mi forma de brindarme, mi último disco se llama "VoY", el tercero que edito como solista desde que vivo aquí. En cualquier caso, si estoy agradecido a algo, es a los amigos, amigas y todas las personas que siguen mi música.
Muchas gracias.
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